jueves, 23 de abril de 2009

INAUGURACION DE LA XI SEMANA NACIONAL DE LA LECTURA EN EL INFRAMOR



El lunes 20 de abril se inauguró la semana nacional de la lectura en el Instituto Nacional "General Francisco Morazán" , dos alumnas de nuestra institución representaron a Claudia Lars y Salarrué. ambas dieron una disertación sobre la vida y obra de dichos escritores.















Luego fueron entrevistados para conocer más sobre ellos.





Alumnas que participaron en el recital de Claudia Lars




Declamación del Poema Romances del norte y del sur de Claudia Lars.



Drama del cuento de Salarrué "Noche Buena"


"La tarde herida cayó detrás del cerro, con lala azul tronchada y el pico dioro entriabrido. El nido de noche quedó solito, con piojío de estrellas y el huevo brilloso de la luna. Plumas quedaron angeleando, tristosas.

Los guarumos, altos y chelosos, se miraban en las escuranas, con aspecto de espiretos de palos. La brisa espesa, tufosita y jelada, hacía nadir las ramas en los claros morados del cielo. El sereno mojisco untaba brillos en los bultos de las cosas; y toda la tierra se encaramaba al cielo en olores. Lijaban los grillos, puliendo el silencio.

Por la puerta del rancho embarrancado, salió al pedrero una puñalada de luz. Las sombras acamelladas de los moradores reptaron hasta el patio. Un chucho interpuesto, se había hecho mesa en el umbral.Poco a poco, la noche se fue alunando en clarotes hermosos. Desde el patio se columbró el caserío del pueblo. Uno quiotro candil estrellaba la calle. En el campanario antiguo, la luna cuajaba, campaneando alegre; y, de cuando en cuando, los cuetes puyaban la carpa tilinte del cielo, chiflando todos luminosos y rebotando con estrépito.

La nana se enrolló en el tapado y salió, seguida de los dos cipotes. La Tina tenía once años; era delgadita y pancitinga. Nacho andaba en cinco: sopladito, pujoso, careto y mocoso. La camisa le campaneaba al haz del ombligo. Caminaba jalando, atrompesándose y con la boca en forma de O, por la trancazón de la ñata. Bajaron al camino rial y cogieron rumbo al pueblo.
Iban, iban…, en silencio, tranqueando por la calle polvorosa que, como una culebra, tenía piel a manchas de sombra y luz. Unos toros pasaban por el llano, empujando la soledad con sus mugidos de brama. Al pasar por La Canoga, frente al rancho de ño Tito, la puerta de luz les cayó encima, asustándoles los ojos, y oyeron la risa de la guitarra. Pasaron en fila. Iban, iban… Como era Noche Buena, había misa del gallo; y se había corridor la bola de que el padre Peraza iba a regalar juguetes a los chicos, después del sermón. La Tina y Nacho no habían tenido juguetes nunca. Jugaban de muñecas, con caragües vestidos de tusas; de tienda, en la piladera; de pulicía, con olotes; y de pelotas, con bolas de morro. Iban, iban… La chucha seca los seguía, rastrera y tosigosa. Se óiba ya, clarito, el tamborón y el pito que pastoreaban la alegría pueblerina.
En una embrocada que se dio el camino, saltó cheleante el pueblo; y, desde la torre de la iglesia, el ojo con dos pestañas del reló se les quedó mirando ceñudo, y no los perdio de vista hasta que embocaron por la plaza.
Habia ventas; olía a jumo, a guaro, y a cuete. Se entraba al atrio entre ramas de coco y pitas empapeladas de colores. El pito y el tambor pastoreaban la alegría.

La niña Lola los topó en las gradas.
–¿Habís venido al reparto, Ulalia?
–Sí pué…
–Date priesa, si querés que te les den algo a los cipotes.
Ya el padre tá cabando.
La nana jaló la cadena, en busca del reparto; siguió el lateral de la iglesia, y se aculó contra el chumazo e gente que iba entrando encipotada al reparto.
La bullanga ensordecía. Entre los que se réiban, pujaban los apretados.La Ulalia seguía aculada, siempre al tanteyo de coger puesto. Por fin, llegó hasta la barriga negra del cura.
Sonaban trompetas; sonaban chinchines; sonaban tumblimbes.
–¿Y vos? ¿Vos no sós del pueblo, verdá?
–No, padre-cura; soy del valle…
–¡Hum, hum!... ¿Tus cipotes nuán venido a la doctrina, verdá?
–No, Siñor: tamos lejos…
–¡Hum, hum!... Para vos nuay; para vos nuay…¿Entendiste? Para vos nuay… Pase lotra, pase, pase…

Topadito al cerro, floriaba un lucero. La Ulalia iba, por el camino, de güelta.Con su voz tísica, decia:
–¡Apuráte, Nachito, andá!
La Tina luiba jalando. Nachito decía:
–¿Y ed juguetes, mama?...
La camisa le llegaba al ombligo. Iba tranqueando. A lo lejos, se óiba el río embarrancado. En los claros, salían de los palos brazos negros, que amenazaban el cielo.
–Apuráte, Nachito, andá!...
–¿Y ed juguetes, mama?...
Al pasar por el rancho de ño Tito, la puerta de luz les cayó encima, y oyeron la risa de la guitarra".


Noche Buena
Salarrue

2 comentarios:

Anónimo dijo...

juela niña del poema la regaste por que se te olivido jijiji no soy mala solo es una critica constructiva ok no te enojes o sino tomalo como quieras por fin no me quita el sueño

Anónimo dijo...

Pues yo pienso que tuvo mucho valor de recitarlo, nosotras que ni siquiera participamos no deberiamos de estarla juzgando. a mi me gustó.